La constitución de sociedades, ya sean civiles o agrarias, implica el proceso legal de establecer formalmente una entidad con el propósito de llevar a cabo actividades comerciales o agrícolas. El notario desempeña un papel fundamental en la redacción y formalización de los documentos legales que establecen la estructura, normas y objetivos de la sociedad, asegurando así su validez y cumplimiento legal.